Distrito Manga ‘ficha’ a Yuhki Kamatani y presenta su obra más reciente, Hiraeth, una historia fantástica sobre asumir la pérdida de un ser querido 

Con cada vez más jugadores sobre el tablero, uno tiene la sensación de que en el mercado editorial del manga ahora mismo debe de haber más codazos y manos alzadas que al cierre de la Bolsa de Nueva York. Aunque no es un fenómeno nuevo, siempre llama la atención cuando autores de referencia de una editorial modesta pasan al catálogo de otra con más músculo. Así ha ocurrido con Tomodomo y dos de sus más preciados referentes: Jun Mayuzuki (Amor es cuando cesa la lluvia), ‘fichada’ por Norma con Kowloon Generic Romance, y ahora Yuhki Kamatani (Shonen Note, Sombras sobre Shimanami), que pasa a la escudería de Distrito Manga con el título del que hemos venido aquí a hablar, Hiraeth. El final de la travesía.

En Hiraeth se nos presenta a Mika, una adolescente que, abatida por la muerte de su mejor amiga, trata de suicidarse abalanzándose contra un camión. En el último momento, es salvada por dos transeúntes de lo más peculiares: un ser inmortal hastiado de su larga existencia y una deidad que, olvidada ya por los hombres en sus rezos, está abocada a desaparecer. Juntos se encaminan a terminar sus días al Yomi, el inframundo de la mitología japonesa, y Mika, deseosa de reencontrarse de una vez con su amiga, se les une en un mágico periplo que, atravesando Japón, les llevará a la tierra de los muertos.

Comienza así el road trip de este improbable trío, en el que cada uno, desde sus circunstancias, se enfrenta al paso del tiempo, la muerte y el duelo. Aunque el Hiraeth del título es una palabra galesa que expresa “anhelo del hogar” y “se asocia a una sensación agridulce por haber perdido algo o a alguien, al mismo tiempo que se agradece su existencia” (Wikipedia al rescate), este es, también y sobre todo, un recorrido por el Japón legendario y algunos de sus lugares más característicos.

Simbolismo

El duelo por un ser querido es un tema universal y manido que, en manos de la habilidad de Kamatani para plasmar emociones a través del dibujo, se torna en todo un espectáculo gráfico. Como en sus anteriores obras, el despliegue de recursos es extraordinario, con imágenes llenas de simbolismo para representar la pérdida, la angustia, el vacío… pero también la amistad, la aceptación, la sanación. En cambio, en lo argumental, a pesar de que la historia funciona, se echa de menos cierta frescura, quizás debido a la evidente repetición de fórmula con Sombras sobre Shimanami, que también se iniciaba con un intento de suicidio y un encuentro con un personaje fantástico.

Tras haber dado el pelotazo comercial en 2004 con Nabari no Ô, un shônen de acción y fantasía, Kamatani (Hiroshima, 1983) emprendió un interesante camino autoral que le ha llevado a abordar, siempre desde la delicadeza y la perspectiva de la diversidad, temas como la adolescencia (Shonen Note), los derechos LGTBI (Sombras…) y ahora el duelo con este Hiraeth. Tres títulos que muestran su compromiso con algo tan básico como esencial: dar esperanza a la gente.

 

Hiraeth. El final de la travesía, de Yuhki Kamatani

Distrito Manga. Rústica, b/n, 192 págs., 8,95 euros. 

Traducción de Anna Copoví Carda

 

Artículo publicado originalmente en la revista Z